martes, 2 de enero de 2018

MIS RECUERDOS DEL PUEBLO DE SEJAS DE ALISTE.

MIS RECUERDOS DEL PUEBLO DE SEJAS DE ALISTE.

Corría el mes de Marzo de 1940, y mi tía Victorina, hermana de mi madre, se casaba en la Iglesia de Santa Inés Patrona de Tolilla de Aliste, de donde somos oriundos, con el mozo de Ceadea de Aliste: Aquilino Martín Pérez.
Marzo un mes típico de grandes vientos, incluso de granizadas tempranas, donde comienza en forma tenue el despertar de la Primavera y la roturación de rastrojos , cortinas y huertas, de cara a las nuevas siembras. La calma invernal, cede su paso a las fiebres de la actividad, que a pesar de sus rutinas, cada año tienen agregados y cambio de cultivos. Y, lo importante:”Comenzaban las ilusiones y los sueños de las abundantes lluvias de Primavera, para los verdes pastos de la ganadería, riego de huertas para la preñez múltiple de tubérculos y hortalizas y , la siempre esperada buena cosecha cerealera”. Así , ¡ Sí producían con su tierno verde matizado, a lo largo y a lo ancho de los Campos de Aliste , las esperanzas de común contenidas y con frecuencia frustradas de sus moradores…!
Así de sencilla, así de complicada, era la vida de los siempre ocupados y preocupados vecinos de la Comarca de Aliste ( y de otras muchas).
Pues bien. A la boda de mi tía Victorina, concurrió una tía nominal, hermana de su madrastra ( la Abuela Juana), que en efecto era tía del corazón: la tía Catalina Río (1) , que desde años había sido la que entonces llamaban “criada del cura” o “ama de llaves”, que los curas de las parroquias elegían ( siempre con buen ojo ) solteras, jóvenes y buenas mozas, para desempeñar con eficacia las tareas domésticas. Claro que los curas ya tenían conciencia de las relaciones públicas con la feligresía, y no era el caso que la Iglesia y su párroco, estuvieran mal representados ante el vecindario y la comunidad de fieles. Por eso la elección, sin duda un gran privilegio, de solteras, jóvenes y buenas mozas.
De manera que la tía Catalina, excelente persona en general y obsequiosa con la familia en particular, primero en Flores de Aliste, su pueblo, luego en el Castro de Alcañices y, finalmente en Sejas de Aliste, donde don Pablo ( el cura párroco) murió allá por mediados de los años 1940, quiero recordar, por una insuficiencia renal aguda.
Pasados los dos días de la fiesta de casamiento, de familiares y allegados de los recién casados, los no residentes en Tolilla, donde los casados se avecindaron, cada uno de vuelta a su lugar de origen o de domicilio; entre ellos la tía Catalina, para Sejas de Aliste.
Por acuerdos de mi madre, Balbina, y de mi abuelo Simón Álvarez, nos designaron escuderos acompañantes de la tía Catalina, a mi hermano Paco y a mi, de 8 y 11 años respectivamente, secundados por la buena burra de mi abuelo Simón y nuestra excelente burra cardona, aunque medio mañosa, para el traslado de carga y viajeros.
Ciertamente, a esa edad y en aquéllos tiempos, nosotros (los hermanos) comenzamos un viaje de aventura: Tolilla, Rabanales, Grisuela, San Juan del Rebollar, Tola ( recuerdo la fuente de origen del Río Mena, que pasa por Tolilla), Rábano y Sejas de Aliste.
A poco de llegar a la casa del curato de Sejas, la tía Catalina nos obsequió con una tortilla de patatas y cebolla muy buena (era excelente cocinera y, en tal oficio había estado con una rica familia en Buenos Aires, 3 ó 4 años, hasta que retornó con don Pablo a pedido de éste. Cosas de convivencia, que en general producen rispideces por el paso del tiempo, de las que no están inmunizados ni siquiera los curas…).
Esa noche nos quedamos a dormir en la casa del curato de Sejas; pero durante la tarde noche, con buen tiempo y temperatura agradable, salimos a dar una vuelta por el pueblo a conversar con los muchachos y muchachas ( rapaces y rapazas), a las orillas del río que pasa por el Pueblo ( no recuerdo el nombre; creo que nace también en el término de Tola, y pasa por Sejas hacia Portugal).
Charlamos animadamente, de casi nada importante más allá del deseo de agradar, con los grupos locales, y recuerdo en especial, a una chica ( tal vez 1 ó 2 años mayor que yo) muy simpática y conversadora que se llamaba Simona, que es mi nombre en femenino, y no dejó de llamarme la atención, a pesar de estar bien familiarizado con el mío y el de mi abuelo materno. El otro recuerdo es, que en Sejas había una fábrica de las apetecidas y distantes gaseosas ( incapacidad económica de compra ) ; todo un desafío para los tentadores sabores de la niñez camino del púber ¡ Aquéllas de la bolita, que rendían la vista y el paladar de los chicos (niños), a los que el bolsillo decía nones…!
Volvimos a la casa del Sr. Cura, donde la tía preparaba una rica cena para los cuatro: Don Pablo, en su sillón de cabecera cual presidente, y los tres lacayos: tía Catalina, mi hermano Paco y yo.
Luego de la cena, don Pablo, entre vanidoso y socarrón, dijo: -“Ahora vamos a ver cómo andan estos escolapios”. Se llevó una sorpresa. - Tanto mi hermano como yo, que sabíamos el Catecismo (2) y la Historia Sagrada de Pe a Pa ( con un plus para la edad ), le dimos una lección a su arrogancia, que a fuer de sincero no le quedaba otra que felicitarnos y, así lo hizo. Luego nos probó con geografía: Montes, ríos
( 3), naciones, capitales de países, a lo que respondimos con certeza y seguridad, hasta con flecos complementarios de adorno. Como aquello de Sancho, de “ir por lana y volver trasquilado”.
Pero bien, salimos airosos y triunfantes, con un felicitado en la mano. Por la mañana, un buen chocolate espeso de desayuno. En el camino del retorno, volvíamos a casa henchidos de contento; tanto por el chocolate, quizá lo más en lo inmediato, como por el examen inesperado y exitoso.
A eso del mediodía, del día siguiente a la llegada, salimos de Sejas montados en las burras sin otra carga, por la carretera de Braganza – Alcañices, no sin visualizar la vega del río, con feraces huertas, muchas plantas frutales bien florecidas y frondosas arboledas; habida cuenta que era más fácil el camino por carretera hasta Alcañices ( bien enmarcada como era la norma, con las acacias laterales y los mojones de los Kilómetros de cantería al lado mismo del espacio de tránsito ), y de Alcañices a Tolilla éramos ya veteranos. Eso sí, yo con la burra nuestra delante, mi hermano con la de mi abuelo atrás, bien por el lateral de la mano derecha, con el temor de que pasara algún auto y nos embistiera, que en tales días, no pasaría ni uno por quincena. Estimo que de Sejas hasta Alcañices, habrá una distancia de 10 a 11 kilómetros; de Alcañices a Tolilla pasando por Mellanes unos 13-14; un total aproximado, de 23 a
25 kilómetros de recorrido.
Ese mismo año de 1940, volvimos los dos hermanos a Sejas, pero directamente por Alcañices. El motivo era diferente.
Tanto mi hermano, como yo más experto al llevarle 3 años, éramos buenos pescadores de cangrejos en el Río Mena, el que nace en Tola de Aliste, baja por términos de San Juan del Rebollar, Rabanales , Mellanes ( donde se agrega otro afluente de las sierras propias y de Arcillera), Tolilla, sigue por término de Lober hasta la confluencia con el Río Aliste, cercana a Gallegos del Río.
El Mena, a partir de la confluencia de otra vía de agua en Mellanes referida y todo el curso por la Ribera de Tolilla ( desde el Molino Tubal hasta el límite de la Ribera de Lober) era muy rico en cangrejos de río de excelente calidad y tamaño. De manera que pescábamos buenas cantidades y calidades (grandes y de textura consistente), con 15 ó 20 cangrejeras (garlitos), bien cuidadas, cebadas en general con ranas peladas, que era una carne muy apetecida por los cangrejos (muy voraces).
El tiempo útil de la pesca del cangrejo, por medio de cangrejeras ( garlitos), era en forma aproximada de Abril a Julio, meses de desove y reproducción, con más cantidad de agua en los ríos, mayor velocidad de tránsito, y mayor demanda de nutrientes, por el notable aumento de la población. La hora más adecuada era la de tarde/noche; y, si el tiempo era tormentoso mucho mejor.
En esta afición, que me gustaba mucho, me dio la alternativa mi tío Agustino Álvarez Río, del que era ayudante en varios menesteres desde muy pequeño, y dada la sola distancia de 6-7 años, nos entendíamos muy bien. Hasta llegamos a compartir, desde mis casi cuatro años, por unos dos la misma escuela.
La recolección se ponía en cestas grandes de mimbres, con algas bastas enraizadas en el fondo del río que florecían en superficie, para tapar la salida de los cangrejos de la cesta, que además los mantenían húmedos y en buen estado ( vivos) por dos o tres días.
Terminada la jornada, de vuelta a casa, se procedía a la selección manual: Los más grandes para la venta y los otros para el consumo en casa, luego de cocerlos en forma efectiva unos 15 minutos, hasta que su caparazón de un oscuro verdoso, pasara a un tipo de marrón rosáceo, en cola, cuerpo y pinzas.
Se pelaban y se podían usar en tortillas (riquísimas), o simplemente mojarlos en una salsa de aceite y vinagre, masticarlos con pan de hogaza y, listo.
El lugar más adecuado y habitual para la venta, era Alcañices por el simple poder adquisitivo ( a veces enmascarado por la apariencia), donde teníamos un cliente seguro y generoso, abogado, de origen salmantino, pero casado con una hija de Alcañices, creo que de los Calvo, que era de las llamadas “familias ricas” de la Villa. Su nombre: don José María Gabriel Peñalosa, pariente cercano ( creo sobrino) del poeta salmantino Gabriel y Galán, autor entre otras muy buenas de” El Ama”(una muy bonita poesía en recuerdo de su mujer ), maestro en Guijuelo ( del famoso jamón ibérico ) y luego en la Provincia de Cáceres, donde produjo su Obra, hasta su temprana muerte.
De manera, que una mañana temprano del mes de Junio de 1940, tal vez el 16 ó 17, con un sol que picaba de lo lindo, con unas 12 a 15 docenas de cangrejos grandes, vivos y bien conservados, partimos con dos cestas de mimbre tapadas con algas húmedas en las alforjas de la burra cardona, para ir a lo de Peñalosa, entregar los cangrejos ( nos preguntaba cuántos eran y nos creía sin verlos ni contarlos), cobrar, tomar un vaso de leche fresca cada uno que nos obsequiaba siempre su mujer y, con el dinerillo de vuelta a casa.
Ese día no pudo ser, no estaba en Alcañices, y nos quedaba la tarea de venderlos a quien quisiera comprarlos. Probamos, y enseguida los regateos, que la calidad, que el precio, que patatín que patatán ; total, que no estábamos preparados para rebatir esos argumentos mentirosos, que eran para aprovecharse de nuestra ingenuidad, pero necesitábamos venderlos sí o sí. Ahí surgió la idea de ir a Sejas a vendérselos a la tía Catalina, que en lo atinente a estas cosas y a favorecer a la familia, sí decidía sin problemas.
Dicho y hecho, enfilamos con nuestra burra y carga, por el lateral derecho de la carretera, con el cuidado de algún coche que tampoco vimos, y antes del mediodía llegamos a Sejas.
Le explicamos las razones a la tía, y en un santiamén nos solucionó el problema, pagándonos los cangrejos por el precio que nos hubiera pagado Peñalosa más un plus de regalo.
Fuimos a ver el interior de la Iglesia, comimos de nuevo los cuatro, para trasladarnos a la grande y buena huerta del curato, con plantaciones de hortalizas y abundantes frutales. De repente se formó una tormenta que aparentaba granizo y, en Junio son muy proclives; tormenta que el cura don Pablo, con rezos y gestos ampulosos de manos que dibujaban grandes cruces en el aire parecía dispuesto a exorcizar y calmar; la tormenta quedó en truenos y relámpagos, cayó un chaparrón y pasó de largo sin mayores inconvenientes.
Tras la tormenta, se puso a leer con mucha atención y contento las noticias del periódico , creo del Correo de Zamora que era el órgano oficial de la provincia, del que me parece era director en esas fechas y, por mucho tiempo un sacerdote. Con voz alta e impostada repetía: “Cayó París, por fin cayó París, Dios está de nuestro lado sin duda y bendice a la Gran Alemania del Führer. Los judíos, los masones, los comunistas, con Inglaterra, Francia y Rusia ( todavía no beligerante) irán sin remedio al infierno…”—Alemania triunfará, antes de lo que se pensaba ¡ Es el principio del fin…!-Proclamaba triunfante ( como lo haría, casi toda la Iglesia Católica Apostólica y Romana, incluida la de España).
-París se rindió a los alemanes, el día 14 de Junio de 1940 (4) .
Era tal la satisfacción de don Pablo y su histeria jubilosa, que aún hoy recuerdo vívidas las escenas, en esa huerta del curato de Sejas de Aliste, que formaba parte de la vega del río ( para mi sin nombre) que debe haber llevado esas corrientes paranoicas al Portugal de Oliveira Salazar, vía la zona de Braganza, donde confluirían las malas ondas de dos dictaduras terribles en la Ibérica: Fco.Franco Bahamonde y A.de Oliveira Salazar, que siendo discípulos de Hitler y Mussolini, por esas cosas del destino amañado, sobrevivieron con largueza a la derrota incuestionable de ambos en 1945.
No volví a pasar, ni en mis viajes a España, por Sejas de Aliste. Sí conocí en Argentina, concretamente en Buenos Aires donde vivía, a un gran empresario nacido en Sejas, de apellido Rodríguez, vinculado a la industria incipiente automotriz, en los años 1957-1959, a través de la empresa por él fundada de la que era presidente: PROMESA, S.A, cuya continuidad desconozco por el tiempo transcurrido, y los avatares políticos e institucionales propios de Argentina en los últimos 50 años.
También sé da la circunstancia, que la hija menor de mi tío Agustino Álvarez Río y mi tía Antonia, llamada Angelines Álvarez Gallego, casada con un vecino de Sejas, que se desempeña en la Policía Nacional, con destino en Salamanca, dos hijos: Varón y Mujer, que como el del padre, no recuerdo los nombres, aunque sí los conocí en Febrero /Marzo de 2004.
Queda claro entonces, que mi recuerdos de Sejas de Aliste, está muy vinculado a la caída de Paris en manos alemanas en 1940, donde me enteré de la misma por el júbilo de su cura párroco. Júbilo que no podía compartir, en razón de que era hijo de un republicano, que estaba purgando 8 años de cárcel ( luego reducidos a 4 ) en la Cárcel Provincial de Zamora.
Pero bueno, con mi padre liberado, sí pude alegrarme de la de París el 25 de Agosto de 1944, que seguro me trajo el recuerdo de la rendición, 4 años antes, en la Huerta del Curato y la euforia de su cura párroco en la Ribera de Sejas de Aliste.
Vayan mis recuerdos emocionados a los vecinos de Sejas y a todos los allí originados, que serán muchos y estarán en su éxodo ocupando otras geografías a través del ancho mundo, luchando con tesonera voluntad, para mejorar sus posiciones personales y las de las familias, propias de la tenacidad y el trabajo de los sufridos genes alistanos que luchan por su reivindicación en la historia con el orgullo de sus raíces.
Les deseo a todos, que el nuevo Vecino 2007, les traiga Salud e importantes éxitos personales.
NOTAS:
(1).La tía Catalina, cuando me despedí de ella en Abril de 1951 por mi viaje a la Argentina en Flores de Aliste ( en su propia casa) estaba sufriendo las consecuencias de un cáncer, creo que de mama, que me enteré ocasionó su muerte.
(2).Entre otros, el largo recitado del Acto de Contrición:”…Señor mío Jesucristo Dios y Hombre verdadero…”
(3).El por qué era el más largo el Mississippi/Missouri que el Nilo y otros.
(4).En esos tiempos, de poca y antigua tecnología, desde que se producían las noticias (los hechos), se distribuían por las agencias de noticias, se publicaba el medio (periódico) y llegaba al lector por correo, transcurrían una media de 3 días o más, razón para que la noticia de “rendición de París” del 14 de Junio de 1940, llegara ( en el caso a Sejas) el 17ó 18 del mismo mes y año. La radio, era desconocida más allá de las mentas (Arg y Urug: de oídas), en Aliste y otras muchísimas comarcas rurales de España.
Buenos Aires ( Argentina) 14 de Enero de 2007.
Simón KATON ÁLVAREZ

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