miércoles, 3 de abril de 2019

Un repaso de los Recuerdos por Aliste


HOY, PARTE DE LOS RECUERDOS, ME LLEVAN A LOS AÑOS 1938 A 1946, CUANDO EN ESTOS DÍAS DEL MES DE ABRIL, ANDABA A LA BÚSQUEDA DE LOS NIDOS DE PERDIZ POR LOS HUEVOS; Y, ESPECIALMENTE, POR LA CAZA DE LAS MISMAS CON LAZO, POR EL TÉRMINO DE TOLILLA DE ALISTE.


Escrito por el recordador: Simón KATON ÁLVAREZ. Desde la Ciudad de Buenos Aires.


Escrito en el día 3 de Abril del año 2019.

        Esa lejana mañana me levanté bien temprano (de joven nunca fui muy amigo de madrugar, salvo cuando había alguna iniciativa propia importante, y una de esa mañanas lo era), y en el sobrado de afuera de la Casa solariega familiar,  observé por la ventana  que daba a la enorme hiedra que arropaba toda la pared que hacía frente al corral de atrás, donde ya las zumbonas abejas andaban bailando, a los saltos, por encima de las raras flores de la hiedra, que sin duda algo tendrían para que las abejas las eligieran.

        Y bien, esa mañana la búsqueda empezaba, en razón que mis observaciones habían visto la víspera por la mañana,  una pareja de perdices: El macho (más grande de cuerpo y más lozano de plumas), acompañaba a la hembra, a beber agua en pareja, al brazo del Río Mena, que por la parte baja de la pradera del Ejido, viene de la azuda de la Juncal hacia la represita de los Llenaderos, lateralizando la Calzada de Arriba. Esa señal, significaba, que estaban en la tosca ingeniería de hacer el nido con un revolcadero en el suelo, en alguna de las paredes laterales de las cercanas cortinas, de Tras Las Casas y/o las Cortinonas, donde cada pared tiene un pequeño margen sin roturar, con alguna zarza y residuos de las hierbas secas de años anteriores, en la parte más alta de la cortina y/o huerta, que es la más seca y libre de encharcamientos, pues la lluvia discurre hacia las partes más bajas, sin entorpecer ni nido ni huevos. Y efectivamente, el nido estaba con 2 huevos en la parte alta de la Cortina/Huerta con noria, entre Tras las Casas y las Cortinonas, del entonces Tabernero de Tolilla, Agustín CASADO BERMÚDEZ. Y,  a dos días vista, cayó la perdiz hembra en el lazo.

        Pero antes de continuar, voy a expresar, cómo eran los nidos, cómo la puesta de los huevos, cómo el macho ante la ausencia de la hembra iba a visitar el nido, y  del cómo y de qué eran los lazos usados para  la caza de las perdices, cuando iban al nido a poner sus huevos.

01)-El Nido: Como expresé, casi siempre era a las orillas de las paredes, en el margen no roturado con alguna zarza y remanentes de hierbas secas del año anterior. Por entre la hierba seca más o menos alta del año anterior, iba creciendo en tonos verdes las nuevas hierbas de la primavera, y entre ambas iban haciendo las perdices una especie de túnel hasta la pared, llamado seguidero, donde apenas pasaba el cuerpo de las perdices con la cabeza estirada.

        Al final de ese túnel, hacían un revolcadero en el suelo escarbado con las patas, más o menos redondeado, donde ponían los huevos sobre la tierra, que tienen color parecido, puesta que era de una unidad día por medio– un día sí y el otro no –, hasta terminar la puesta completa para luego empollar. La media era de 10 a 12 huevos; aunque una vez en el prado redondo del tío Juan González de Tolilla, encontró  el compañero escolar Cándido Martín Rivera, un nido de 24.Yo el máximo que encontré fue uno de 12, en un nido en unas cortinas de la Puente de Abajo, que dan al Cotorro de La Puente, a la izquierda del Camino que en la vuelta gira con apertura hacia Flores de Aliste, un ramal, y hacia Fradellos de Aliste el otro,  donde llegué a tiempo con las perdiz hembra viva, que la enjaulamos, y la tuvimos cerca de dos años en casa, donde enjaulada puso también varios huevos.
La puesta de los huevos en el nido, era común que fuera a la media mañana, alrededor de las 9 o  las 10 horas, después de una inspección de vista, oído y...preliminar.

02)-El Lazo: El  lazo era de hilo Cadena clásico blanco, luego torcido a mano, de dos hileras de dos hilos cada una retorcido en forma invertida, luego las dos hileras retorcidas se juntaban, y se retorcían en sentido inverso, para que mantuvieran la unidad compacta. La longitud solía ser de unos 50-60 centímetros con una pequeña lazada fija en una de las puntas, por la que se pasaba la otra punta móvil, dejando la lazada un hueco redondo de unos 8 centímetros de diámetro, disimulado entre las hierbas, de manera que la perdiz cuando entraba por el seguidero a poner los huevos metiera la cabeza en la lazada, que luego al caminar, el cuerpo no pasaba y al tirar se encontraba con el lazo en el pescuezo apretado que ya no podía sacar, pues adelante la cabeza era mayor que el pescuezo que formateaba el hueco del lazo, y atrás el cuerpo era mucho más grande, así que tiraba y tiraba; y como la punta fija del lazo estaba firme atado en el suelo, en alguna estaca o zarza fuerte, la perdiz de turno termina ahorcándose en poco tiempo, al tratar de soltarse ¡ Hasta ahí ha llegado < y va a más> la evolución del cerebro de las personas con los animales utilitarios…!

        El lazo, antes de armarlo en redondo al tamaño del seguidero / túnel herbáceo, como era de hilo blanco se teñía con las hierbas verdes del entorno, tomando un puñado y friccionado el lazo en las mismas, para que la perdiz no notara la diferencia, dado que antes de entrar al nido <sola o
acompañada por el macho>, tomaban sus precauciones ambientales en los entornos del nido.

03)-Cómo el macho va a visitar el nido ante la ausencia de la hembra: Esto recién lo descubrí en 1939, año de cosecha de cereales en la Hoja de Abajo(años impares), en una cortina / tierra del vecino del Pueblo, el tío Pablo CASAS, en el llano de sembrados de trigo de las tierras que van de las praderas de Urrieta los Chiqueros  a las de Urrieta el Agua, con paredes viejas residuales, pero ya abierta al pastoreo comunitario cuando el mismo era posible < de Septiembre de un año impar a Septiembre del año siguiente del sembrado, año  par>. Ahí al abrigo de la vieja porción de pared con zarzas y residuales de hierbas secas mezcladas con las nuevas verdes, encontré a finales de Abril, un nido de perdiz con 8 huevos. Como era un domingo al mediodía, llevé los huevos a casa, los soplé (más adelante explico ese soplado), y a última hora de la tarde volví al nido llevando los 8 cascarones de los huevos vacíos, pero en apariencia enteros. Luego armo el lazo, y al mediodía siguiente, pasé por ahí en camino, hacia nuestro prado de Urrieta el Agua, que estaba a sólo 300 metros de distancia, donde había visto un revolcadero de nido de perdiz todavía sin huevos. En esa vista la perdiz ya estaba ahorcada, la saco con cuidado, y dejo los cascarones de los huevos vacíos, pues la perdiz cazada no había puesto el nuevo huevo, como es natural.

         Vuelvo para casa, y al mediodía siguiente, cuando iba a nuestro prado a ver qué había pasado con el nido sin huevos encontrado,  en las cercanías del nido de la perdiz cazada, veo al macho enorme y lozano, tratando de acercarse al nido. Lo observé a distancia, y ahí caí en la cuenta, que cuando a los machos les falta la hembra – ya con el nido y la puesta de huevos en marcha –, el macho viene al nido a ¿Ver qué pasa?
Ni corto ni perezoso, volví  a colocar un lazo, dado que los cascarones de los huevos  estaban en el nido como yo los había dejado, ante la idea que el macho por ahí iba a entrar en el nido a observar. Y así fue, al día siguiente el hermoso macho estaba cazado. Y de ahí en más, en algunos casos, no en todos, no sólo cacé la hembra, también al macho.
       *       *        *
        
      En cuanto a la afición de búsqueda de nidos, de mediados de Marzo a mitad de Mayo, casi todos los varones del Pueblo ( y de muchos otros de Aliste), hacían sus recorridos en los propios prados, cuando iban a dar una vuelta para ver cómo iba el crecimiento de la hierba, el objetivo eran los huevos, pero muy pocos se especializaban en la caza de perdices con lazo. Entre los pocos de Tolilla, estaba mi tío Agustino (Álvarez Río), que fue el que me enseñó los primeros pasos; algo también, el pariente Celedonio Álvarez. Pero en todo caso, eran circunstanciales (Celedonio era además cazador de escopeta), sin afición sostenida.

       Mi primera visión de nido / perdiz, fue allá por Mayo de 1934 ó 1935. Yo acompañaba a mi Padre a un recorrido por las tierras sembradas de la zona de los Pradicos / El Ramajal, y entre la Pradera Comunal del Campo y las tierras sembradas, había una serie de prados particulares intermedios cerrados con pared, a cuya cabecera daban esas tierras de siembra. NOTA: Sin duda fue en Mayo de 1934, dado que las tierras sembradas eran de la Hoja de Arriba, a la que correspondía la siega en los años pares.

      Y bien. Para cortar camino de rodeo, entramos por el prado del tío Claudio GONZÁLEZ  SALVADOR, nacido en Tolilla pero casado para Lober (con la tía Serafina, y con estos hijos: Pedro (militar-guardia civil; Domingo (policía); Angelita (casada para Losacio); Cándidol alrededor de 2 años menor que yo, y ¿Aquilino? Nacido por 1933.Cándido y Domingo, en mi viaje a España de 1982, tenían una gasolinera cercana a la carretera del lado de Muelas del Pan)); y en el recorrido por el prado, nos encontramos de sopetón con una perdiz ahorcada en el lazo. Mi padre la agarró y la puso envuelta dentro de su chaqueta, y cuando volvíamos de regreso a casa, vimos a la distancia a Domingo GONZÁLEZ (de unos 18-19 años, hijo del tío Claudio nombrado) que venía caminando hacia el prado. De manera que es posible, que él, hubiera encontrado el nido, hubiera puesto el lazo y viniera  a ver qué había pasado. Y se encontró con nido revuelto y ¡Sin perdiz enlazada!

      Es natural, que la caza de perdices, de Enero a Agosto estuviera  prohibido (pero poco o nada vigilado), dado que es la época de la reproducción, lo que era un atentado contra la “fauna  natural”; que en la Argentina pude hacerlo con arma legalizada < escopeta automática de origen español> por los años 1955-1980, donde abundan liebres (no conejos), perdices americanas,  gallinetas y más, pero ya no disfrutaba con ello. Pero ¡Claro! En Aliste los no cazadores (al no tener escopeta  ni edad para tenerla), era el período donde los muchachos aficionados teníamos nuestras únicas oportunidades de comer perdices. Y como la ¡Necesidad tienen cara de hereje, estimula el ingenio…! Que por otro lado eran excelentes manjares, que nuestra madre Balbina, en guisos con arroz los hacía de maravilla, que agradaban a la boca y rendían la voluntad del estómago. Comer perdices ¡Era una fiesta de familia!

        Siendo el primer experimento emocional (y utilitario) del sistema por mi conocido y experimentado, el de aquel Mayo de 1934. Luego un par de veces  por 1937-1938, la gestión perdicera fue del tío Agustino, ya pastor del rebaño de ovejas desde Enero de 1937, y cuando se encontraba con algún nido, por casualidad o búsqueda.
Yo a partir de 1938, de Marzo a Junio,  tomé ese oficio de búsqueda de nidos de perdices (como dije, iniciado con el tío Agustino), con todo interés y dedicación, en mis ratos libres, en especial los días no laborables, haciendo recorridos rotativos en solitario. Y a lo aprendido, lo fui perfeccionando con alguna innovación: ““El teñido del lazo del hilo blanco retorcido con hierbas de los entornos del nido, y el llevar los huevos de los nidos encontrados a casa en horas de la tarde y volverlos al nido al atardecer avanzado, con todo el sigilo del mundo. Pero los huevos que devolvía al nido eran las cáscaras enteras, pues con la punta de una lezna, hacía un hueco en la base y otro en la punta opuesta del huevo; en el agujerito de la base metía una paja de centeno, de unos 10 centímetros de longitud, y soplando con toda delicadeza, por el agujerito de la punta salía la yema y la clara de todos y cada uno de los huevos, empujadas por el aire inyectado, así que por lo menos los huevos ya estaban asegurados como tortilla””. Que aparte, los de perdiz son ¡Exquisitos!
Después del primer encuentro casual de la perdiz de 1934, tardé 4 años en empezar la cosecha propia, de menos a más. Creo que en 1938 fueron 3 ó 4 ejemplares; en el 39 unos 5; en el 40 unos 6 a 7, el 41 ídem. Y en 1942, el máximo, en un solo día 5 y un total de 12 en la temporada. El día de los 5 ejemplares: 3 hembras y dos machos en: Prado de mi abuelo Simón de la Vasca, 1; cortina de la Cortinona de la tía María Gelado (macho) ,1; cabecera de nuestra cortina de Abajo el Castro, 1; Regadera externa de las huertas del Alisón, 1; y, tierra/prado del tío Juan González de Val del Espino, 1 (macho) = 5  Total. 
A partir de 1943, ya pasé como pastor del rebaño de ovejas de la Familia, y como estudiante / pastor, mi dedicación tenía otro objetivo. No obstante, algún nido y perdiz salía al paso, pero de casualidad, aunque la curiosidad del “oficio artesanal y utilitario” no estaba cerrada. Tan es así, que todavía en 1951, el año que emigré a la Argentina el 30 de Abril,  enlacé 2, una en Marzo y otra en a mediados de Abril.

      Todas estos oficios de artesanía utilitaria (los inicié con mi tío Agustino, como orientador inicial), les parecerán totalmente extraños a las nuevas generaciones derivadas de Aliste y más acá, como es el caso de mi Hijo y Nieta (que los escuchan pero no los pueden imaginar, y menos a ese nivel rudimentario de artesanía casera).De todos ellos y otros conexos, fui un buen ejecutor: “Nidos y caza de perdices con lazo; pescas de sardas, barbos, escallos, y ranas con caña; cangrejos, con cangrejeras, anguilas con cuerdas lineales con media docena de anzuelos en riendas colgadas, y etcéteras. Todas ellas, eran complementos alimentarios importantes y diferentes a lo cotidiano. Y en el caso de los cangrejos, aparte del propio consumo,  una parte importante era destinado  a la venta < que se pagaban bien y se vendían por docenas > en Alcañices, capital de la comarca de Aliste, donde ya teníamos clientes tradicionales para la compra.
   
      Los cangrejos se mantenían vivos en cestas de mimbres, tapados por las gruesas algas del Río, que mantenían el nivel de humedad,  hasta 3 días de la pesca en el Río Mena (con cesta tapada con un lienzo metida en un recodo del río en agua corriente, estaban vivos una semana), que era el que regaba la Ribera de Tolilla, y hasta por lo menos los años 50, contenía gran producción de cangrejos, desde el Molino Tubal, rayano con Mellanes de Aliste, hasta las pozas de Vegamolino, fronteras con Lober de Aliste. Los cangrejos eran los clásicos de las zonas Castellanas y Leonesas, de colas largas y patas prensiles gruesas y fuertes, con una longitud de punta de la cabeza al fin de la cola, de 10 a 12 centímetros”.
Mis tiempos de infancia y primera juventud, de los 30 a los 50 (Guerra de España y luego la Segunda Mundial)  fueron años muy difíciles, y en nuestro caso más; habida cuenta,  que nuestro padre Pablo, por Alcalde de la República, fue condenado a  8  años y +  de cárcel, de los que cumplió 4 largos años de 1937 a 1941, quedando en libertad provisional. De manera que toda la responsabilidad de hacienda y Familia, cayó de golpe sobre nuestra Madre (Balbina). Y nosotros los hermanos (sus hijos) de 8,5 y 1 años de edad (la hermana menor nacería en 1942), sin Padre en las edades más importantes de la Vida.
Pero por aquí y por allá, estamos todavía los dos hermanos de los extremos: “Yo, con 90 años + casi 6 meses, y la hermana menor con 76 años + casi 10 meses (el Hermano que me seguía falleció en 2006 a los 74 años, y la Hermana en 2018 con  82)”.

      ¡Y así pasan los días, los años y la Vida, con las rutinas  biológicas y funcionales de los tiempos!

Un abrazo.
Simón.

skapjk@gmail.com

1 comentario:

  1. Cómo nacida en Tolilla, cómo ha cambiado desde aquellos tiempos, con un pueblo casi vacío, pero con su magia de siempre.

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