Por Simón KATON ÁLVAREZ
Desde la ciudad de Buenos Aires, Ciudad autónoma en términos
de una provincia más de Argentina, y ciudad Capital de la Nación, que no debe
confundirse con la provincia del mismo nombre: Provincia de Buenos Aires, con
ciudad Capital en La Plata, sesenta kilómetros al Sur; comienza este viaje de
una vuelta al Pago, primer viaje acompañado por mi mujer Lidia y nuestro único
hijo Pablo.
Para mi eran unas cortas vacaciones en invierno, aunque
fueran dos meses y, para mi mujer y Pablo, las vacaciones en tiempo cambiado,
pues enero/marzo en Argentina son meses vacacionales, y en España invierno de
plena actividad, como primer bimestre de 1974.
En esas épocas, y desde cinco años antes, me desempeñaba en
el Grupo Editorial Siluetas, Com, Ind,Fin, S.A, como Director General y Consejero Apoderado de las
diez empresas editoriales españolas que integraban el Grupo Editorial Siluetas
en Argentina, independientes en España; incluso entre sí, algo competidoras,
con superposición parcial de parte de fondos editoriales de alguna
especialidad, pero unificadas y asociadas en Argentina para la gestión
integral: Edición, exportación / importación, distribución, comercialización y
pagos al exterior.
En ese viaje, con buena anticipación, estaba planeado una
reunión integral en Barcelona, en la sala de reunión de Cursos Ceac/Ediciones
CEAC, con los Directores de todas y cada una de las 10 Empresas españolas, más
el Director del Grupo para Iberoamérica, señor José Menal y el coordinador para
esa misma área, el economista/intendente mercantil don Francisco Giménez Muñoz.
Luego, reuniones de trabajo, trabajo y comida de lunes a
viernes con los directores de cada Empresa, que en Barcelona eran 08, a un
promedio de dos días; una en Madrid y una en León, como reuniones de trabajo y
política editorial. En León se celebró la reunión final de los 10 Directores y
los dos coordinadores el día 01 de Marzo de 1974, en la Sala Directorio de
Editorial Everest, S.A, donde se aprobaron las gestiones realizadas en 1973, se
formularon los presupuestos económicos y financieros para 1974 y, de acción
tentativa para 1975 con tres variantes, propias de un país errático como
Argentina, en sus normativas de importación/pagos, tipos de cambio y alta tasa
de inflación.
Por los resultados obtenidos, por las ventas de cada uno de
los fondos editoriales individuales de cada empresa asociada y por otras cosas
más, es imaginable que era (yo) el receptor de la mayoría de los dardos, unos
bien disparados, otros más numerosos, tirados al voleo con mensajes de “brasas
para mis sardinas; aunque a fuer de sincero, también de elogios interesados, y es por todo ello que
me remito a la expresión de cortas
vacaciones”.
Pero dado que vamos a hablar de caminos, empecemos por el
itinerario del viaje:
Debidamente programado en su parte fija o comprometida de
mis funciones profesionales, mi familia en forma independiente estableció sobre
la marcha de cada día itinerarios de visitas libres a tal o cual lugar de
Barcelona y contornos. De manera que Lidia, responsable del área de
administración y, Pablo, mujer e hijo, a la sazón con 12 años, primaria
completa, y de vuelta a la ciudad de Buenos Aires, listo para empezar los
estudios en el Colegio Comercial de la Universidad de Buenos Aires, Dr. Carlos
Pellegrini, dado que el exigente examen de ingreso, lo había aprobado con
comodidad en Diciembre de 1973, tuvieron buen tiempo libre para visitar y
conocer, incluso un día lo pasaron en Gerona viajando en el tren Talgo.
También allá por noviembre de 1973, habíamos reservado 03
billetes de avión por Aerolíneas Argentinas; el mío a cargo de Siluetas (la
Empresa), y el de mi mujer y el de Pablo, a cargo del patrimonio familiar.
Estaba contenido en el precio, el traslado de Barajas al Prat de Barcelona, en
un avión de los de línea de Madrid a
Barcelona.
El día de partida señalado, el 11 de Enero de 1974, salimos
de nuestro domicilio en Buenos Aires, calle Ministro Brin Nº 420, Barrio
Catalinas Sur, Lidia, Pablo y yo, para ocupar el auto de un buen amigo de la
familia y vecino, don Emilio Martínez, hijo de Gallegos de Porriño, en las
cercanías de Vigo, que se ofreció para llevarnos a Ezeiza, el Aeropuerto de
Buenos Aires.
En las cercanías de Ezeiza, nos adelantó con toques de
bocina de su auto un vecino de piso en Catalinas Sur, Nicolini, con señales de
que paráramos, dado que conocía nuestro viaje. El problema era que entre todos
los bártulos, había quedado en el suelo próximo al domicilio un bolso con la
cámara Canon y algún otro elemento, que eran del cuidado de Pablo.
A eso de la media tarde, en un Boeing de Aerolíneas
Argentinas, Su Compañía, levantamos vuelo vía Madrid, con escala técnica en el
Aeropuerto Internacional de San Pablo, para llegar a Madrid a eso de las 13 horas,
del 12-01-1974, donde nos esperaba un ejecutivo de Editorial Alhambra,
S.A, José María Esteban, doctor en
Química y Gerente de Ediciones.
En Barajas se pasó por la aduana, y en vuelo directo a
Barcelona, donde en el Prat nos esperaban los parientes Marciano Álvarez, a la
sazón maestro en Castelldefels, y su madre Cándida Álvarez; el editor del Grupo
Jorge García Bosch y, el coordinador del área Iberoamericana, mi predecesor
interino en Siluetas, Francisco Giménez Muñoz, arraigado en Barcelona, aunque
natural de Córdoba ( la de España). Este último, ya íntimo amigo, con su auto
nos trasladó al Hotel Roma***, en la calle Mallorca de Barcelona, donde nos
hospedamos del 12-01-1974 hasta el 01-02-1974.
En la estada o estadía, aparte de las reuniones de trabajo y
las respectivas comidas, los días no laborables en familia hicimos varias
excursiones por la ciudad de Barcelona; una a Castelldefels a visitar a Cándida
y Marciano; una visita a casa de María González Prieto y Teodoro Martín Rivera,
naturales de Tolilla; una cena con María, Teodoro y su hijo Manuel Martín
González, médico; un viaje a la Molina en auto con el editor/impresor Jorge
García Bosch ( de Vilassar de Mar), su mujer y su hija, con comida, “truchas a
la Navarra” como principal, en la solana de una montaña pirenaica, pueblo de
Campelles ( Gerona); un día de excursión con el editor Francisco
Casanova al Monasterio de Montserrat y su complejo turístico; cenas con el
matrimonio Menal y Martí de CEAC Cursos y CEAC Ediciones; y, comida y/o cena
con todos los editores asociados. Pero especialmente, salidas, comidas y cenas
en la entonces casa de Giménez Muñoz y sus hijos, Avda. Ronda
Guinardó-11-3º-2ª. Esta querida familia, estaba formada en esas fechas por el
matrimonio Francisco Giménez Muñoz y su mujer Pilar Ruiz Nadal, y los cinco
hijos , desde los 20 a los 10 años en este orden: Montserrat, Nina, Ana María,
Rafael y Enrique.
Las empresas asociadas de Barcelona, a las que representaba
en Edit.Siluetas S.A, eran: Edics.Ceac, S.A, de la Familia Menal y Martí: Edic.
Daimon S.A, de la familia Tamayo; Edit. Bruguer,S.A, del señor Bruguer;
Edic.Oikos-Tau, S.A de la familia García Bosch: Edic.Noguer, S.A, de la familia
Noguer;Edit. Jover, S.A, de la familia Jover;Edit.Miracle,S.A, de la familia
Miracle; Francisco Casanovas Editor, S.A, de la familia Casanovas.
Concluido el trabajo en Barcelona, Ciudad, por todos
conocida como moderna, culta, pujante, emprendedora, laboriosa, ansiosa de
innovación y conocimiento, con enormes tesoros artísticos, cocina suprema y
grandes diversiones, el sábado 02 de Febrero temprano, con el matrimonio
Giménez-Ruiz y nosotros tres, en su auto, salimos en plan excursión rumbo a
Madrid, para fichar (Giménez y yo) en Editorial Alhambra el 04-02-1974 por la
mañana.
A eso de las 08 de la mañana, por un itinerario especial de
caminos secundarios, montes arbolados y vistas silvestres con vueltas y
revueltas, del dominio del matrimonio Giménez-Ruiz (1), pasamos por Subirats,
Villafranca del Penedés y otros (Barcelona); luego a la provincia de Tarragona
por parajes arbolados bien quebrados para llegar a una zona de viñedos, camino
del Monasterio medieval Cisterciense de Santes Creuss, al que visitamos
minuciosamente, en sus distintas estancias : cementerio, iglesia, bodega con
prensas y toneles, dormitorio, salas de rezo , reflexión y etcéteras, bajo la
guía de Pilar, que era una experta en historia, en especial de Historia
Catalana.
Recuerdo que nos informó, que en una bañera que estaba en
uno de los recintos, estaba enterrado un rey de origen catalán (no sé cual ),y
algún que otro conde vinculados a Cataluña.
Del Monasterio enfilamos hacia Valls, creo capital de la
Comarca Alt Camp, donde al cargar gasolina, Giménez que tenía la idea de ir a
Madrid vía Teruel, Valencia, para pernoctar en Tarancón (Cuenca) fue
desaconsejado por el encargado de la gasolinera, pues había un paso que estaba
cerrado por la nieve. Por tal circunstancia, decidió ir por el lado de
Calatayud (Zaragoza), haciendo noche en el hostal de Alcañiz (Teruel).
El caso que llegamos a El Vendrell y al cercano Calafell,
ambos de Tarragona en la zona de playas. Giménez de acuerdo con Pilar,
decidieron ir a un restaurante de un belga montado encima del Mar Mediterráneo,
en un lugar pintoresco con varios negocios llamado la Roca de San Cayetano, que
es una punta rocosa que se mete en el mar.
Era un día frío y muy ventoso; incluso cuando la gente
entraba y salía, la puerta de entrada en su vaivén resistido por el viento,
permitía el ingreso del viento frío al local. Como Paco (Giménez) era y sigue
siendo de genio rápido, durante la comida a viva voz para quebrar el ruido de
las olas, decía indignado ¡ Esa puertaaa !
De la Roca, pasamos a dar una vuelta por Reus y recorrer con
más detenimiento algunas partes históricas de Tarragona. Luego despacio, el
itinerario y las pausas para tratar de llegar al anochecer al Hostal de
Alcañiz, en este orden: Tarragona-Mont-roig del Camp-Mora la Nova ( donde
Franco tuvo el puesto de comando en la Batalla del Ebro)-Gandesa
(Tarragona)-Calacete y Alcañiz en Teruel.
Llegamos a Alcañiz, que es una ciudad muy curiosa, dado que
está construida en un cono de montaña, de manera que las calles son medio en
espiral para ir subiendo la ladera de la villa, hasta llegar a la cima, donde
se sitúa el Hostal. Allá abajo en la quebrada, discurren las aguas escasas a la
vista en esos días, del río Guadalope.
Tal como estaba previsto, pernoctamos en el Hostal las dos
familias; cenamos en el salón comedor, con reminiscencias históricas de
castillo, donde al decir de Pilar, la experta en Historia catalano-aragonesa,
se cocieron muchas habas de negociaciones para llegar al Compromiso de Caspe,
donde se eligió rey de Aragón a don Fernando de Antequera. Los catalanes con
este acuerdo se quedaron molestos, dado que Aragón volvía a ocupar el
privilegio del Reino.
La noche normal, con ambientes confortables; pero llegó la
mañana, que nada más que asomar la nariz a campo abierto, venía un viento tan
fuerte y helado de los corredores siberianos, que afeitaba barbas y orejas;
además se veía que el viento fuerte y frío del invierno era cosecha de todos
los días, con sólo ver los arbolitos y matojos con la columna doblada en forma
crónica, en dirección Noroeste. Para colmo el Hostal estaba en la punta de la
pirámide del Pueblo, a merced de los elementos, a los que la fría mañana le
agregaba el ingrediente que faltaba:”No había agua corriente”. Al parecer se
habían roto en la noche las bombas generadoras del bombeo para la elevación del
agua, y Alcañiz, como la villa sitiada de tantas otras veces en el pasado, no
tenía agua.
El amigo Giménez produjo tal alboroto de protesta a nivel
del personal del Hostal, que en definitiva para lavarnos y afeitarnos y otras
higienes elementales, nos proveyeron de agua mineral. Desayunamos, montamos en
el auto los cinco, y en línea salimos camino de Madrid por tierras de Aragón.
Bajamos desde la punta del cono de Alcañiz, parte en zigzag,
parte en tramos de espiral hasta llegar a la base, desde donde se aprecian
edificios monumentales e históricos, incluso tiene un importante arte rupestre.
Allá arriba, en la corona de la Villa, el Hostal.
Río Guadalope atrás, camino de las cercanías de Samper de
Calanda, donde hay o había una charca que tenía un Monumento al Tambor,
representado por un ejecutante con palotes en las manos con un gran tambor colgado
de la cintura; cercanías de la Puebla de Híjar; Azaila, toda nevada, con la
cigüeña en su nido puesto encima de la torre de una iglesia (era el día
siguiente a San Blas y, dice el refrán, que el día San Blas cigüeña verás, y
sino la ves la nieve por los pies. Parece que se equivocó la cigüeña); un poco
más entramos en el viejo Belchite, el destruido en el toma y pierde de la
guerra Civil, un símbolo de la crueldad entre hermanos, por el egoísmo y la
intolerancia, donde una vez más, la” fuerza se impuso a la Razón”; ruinas que
por los siglos representarán hasta dónde puede llegar el odio entre hermanos
cultivado por la naturaleza humana.
Almonacid de Cuba- Paniza-Cercanías de Cariñena, con buen
vino-Cosuenda y Almunia de Doña Godina. Aquí hicimos un alto en el camino para
un tentempié, en momentos que la gente andaba por la Misa de 11; una pequeña
vuelta por el núcleo de la población, para partir prestos hacia Calatayud, la
árabe Kalat Ayud, sustituta de la primigenia Bílbilis, tierra natal del poeta hispanorromano
Marcial, y patria chica de la Dolores, la de la Jota (aragonesa, claro) con
paso por Hermeda y vista del río Jiloca.
La llegada a la histórica ciudad (Calatayud), debe haber
sido a eso de las 13 horas, p.m, de manera que como dijo don Quijote a Sancho,
llegaba la hora de yantar; para cuyo fin Giménez eligió un lugar, que creo él
conocía de alguna otra oportunidad de paso de Barcelona a Madrid, o de algún
viaje de turismo interior. Giménez, su mujer Pilar, mi mujer Lidia y yo,
coincidimos en el mismo menú de elaboración rápida. Menú que no era del gusto
de Pablo, a quien se le ocurrió pedir una paella, con advertencia del
encargado, que tenía su demora, porque había que hacerla especialmente y
tardaba un rato; Pablo insistió, con el apoyo de Paco (Giménez). Nosotros
comimos lo nuestro, y Pablo esperando la paella, que sí llegó bien completa y
bien hecha, pero que podrían haber comido con comodidad medía docena de
ascetas, que volvían del desierto luego del exigente ayuno de toda una
cuaresma. De manera que como el comensal era uno, sobraron 2/3.
De manera que la “Paella de Calatayud de Pablo”, todavía a
casi 36 años vista da mucho que hablar y que reír, tanto a Giménez como a Lidia
y al suscripto. Lamentablemente de esas risas Pilar Ruiz Nadal, la mujer de
Paco, ya no puede participar, aunque años atrás cuando recordaba el episodio
era la que hacía punta invocando la risueña anécdota.
Salida de Calatayud hacia el puerto llamado el Frasno, con el famosoToro Osborne (2) en la cima con
amplia panorámica, si mal no recuerdo, de paso hacia Castilla-León por la
provincia de Soria, pasando por Bubierca y Ariza
( ambas de Aragón), con la intención de ir hasta el
Medinaceli histórico, lo que hicimos, luego del paso por Arcos del Jalón y
Somaén, ambas de Soria.
Barranca arriba, luego de sortear el Arco romano previo a la
Villa histórica, llegamos a ella en la media tarde, con el Sol alumbrando pero
en ángulo agudo. Ingresamos a la antigua Plaza Mayor, con soportales y una
cuadrícula de unos 100 metros de lado, cubierta por una abundante capa de
nieve, que después de haber recibido escasa radiación solar más mañanera, a esa
hora empezaba de nuevo a endurecerse, para empezar a dibujar los largos churros
de hielo colgados de los techos de los tejados, que rodeaban a la histórica y
añosa Plaza.
Esa Plaza, ese Pueblo era todo silencio nevado; apenas en
una esquina de la Plaza, había un carro olvidado, con un perro acostado encima
de un saco roto debajo de él, y el carro al abrigo del soportal con aires
depresivos y silencios perturbadores, inclusive la vieja Iglesia desierta, para
nada acordes con lo que cuenta la Historia (oficial ¿..?), que allí habría
muerto en 1002 el caudillo árabe Almanzor o Al-Mansur (Muhammad ibn Abí Amir)
vencido y herido en Calatañazor.
Ladera abajo, hasta topar de nuevo con la carretera que se
encamina a Madrid, con paso a la provincia de Guadalajara: Alcolea del Pinar-La
Torresaviñao-Mirabueno-Ledanca-Gajanejos-Torija-Guadalajara, ciudad-Alcalá de
Henares, llegada Madrid el domingo 03-02-1974, a eso de las 21 horas, con
hospedaje en el Hotel Zurbano ***, sito en la calle del mismo nombre, a una
cuadra de la Castellana, en las cercanías de los llamados Nuevos Ministerios.
El lunes 04 de Febrero, lunes, a reunirnos con los
directivos y gerentes de Editorial Alhambra, S.A, sita en Claudio Coello, en el
Barrio de Salamanca de Madrid.
La previsión había sido una sesión de trabajo a pleno el
día 04-02-1974 con los directivos de
Editorial Alhambra, S.A, con su Presidente Eric Ruiz Albrecht a la cabeza, para
al día siguiente 05-02-74 viajar a Zamora por la tarde, dado que ese día Lidia
y yo, cumplíamos el décimo quinto aniversario de nuestro casamiento; y, la idea
era celebrarlo en Zamora por la noche, con mi madre, mi hermano Paco, y mis dos
hermanas Consuelo y Rufina, con sus respectivos cónyuges (3) e hijos (entonces
5). La celebración debió diferirse para la noche del 06-02-74, dado que el
cinco, hubo que destinarlo a trabajos y reuniones con la gente de E.Alhambra.
Mi hermana Rufina, su marido Rocco Mambrino, con su hijo José de cinco años
cumplidos, habían venido especialmente de Alemania para la reunión familiar
intercontinental, y de los Hemisferios
Norte-Sur.
El 06-02-1974, a eso de las 18:30 horas, desde la Estación
de Auto Res de Madrid, en un autocar u ómnibus de línea Madrid Zamora, salimos
camino de esta última, con la expectación de reunirnos toda la familia viviente
de las tres generaciones: Primera, nuestra madre Balbina; segunda y tercera,
por su orden: Simón/ Lidia Nelly TESTA SCHROH- Pablo; Francisco (Paco)/Adelina
PRIETO- María- Francisco (Paquito); Consuelo/Aurelio PRIETO- Lucía-Francisco
Javier (María Jesús llegaría en Abril del 74); Rufina/Rocco MAMBRINO- José.
Total 15, más el padre de Adelina y Aurelio, don Quico PRIETO asociado a la
Fiesta.Éramos 16 comensales.
Desde Madrid, la primera parada del ómnibus la hizo en
Arévalo(Ávila), más o menos la mitad del camino entre Madrid y Zamora; luego
una corta parada en Medina del Campo ( Valladolid) otra corta en Tordesillas (
Valladolid), otra en Toro, para entrar en la
Estación de Ómnibus ( la anterior) de Zamora a eso de las cercanas 21:40
horas.
En la estación estaban mi hermano Paco, a la sazón
administrador de la empresa de Ómnibus de Zamora-Salamanca-Zamora denominada
Matías del Río; mi hermana Rufina y su marido Rocco (italiano de Calabria), que
habían viajado expresamente con su hijo José de 5 años y pico, el 04-02-74 para
regresar a Alemania el 08-02-74, donde Rocco prestaba servicios técnicos de
alta gama en la Fábrica de automóviles Volkswagen en Wolfsburg. También estaban
las hermanas Agustina y Antonia Salvador, primas hermanas de mi madre, Agustina además, casada con mi primo hermano
Domingo Casas.
Rocco nos llevó con el auto de la Empresa Matías del Río,
con equipaje incluido, desde la Estación hasta la casa de Paco/Adelina, en el
Barrio Pinilla, ladero del Río Duero, pasando por el tradicional Puente de
Hierro, que en los meses de diciembre y enero, a veces más adelante, solía
venir cauce abajo un viento Noroeste, vía Burgos/Segovia, con residuos de la
tundra Siberiana. Tal viento frío, muy frío, hacía suya la frase de “afeitar en
seco”.
A mi hermana Rufina, yo la había dejado con 09 años escasos,
antes de los 20 emigró a Alemania, y en Febrero del 74 tenía escasos 32, casada,
y madre.
Mi hermano Paco, cuando partí en 1951 tenía cumplidos 18 y
mi hermana Consuelo 15, y en la reunión familiar, casados con Adelina y
Aurelio, hermanos, con dos hijos cada uno: María y Francisco y, Lucía y Fco.
Javier respectivamente.
Rocco como dije, en el auto de don Matías del Río, nos llevó
con equipaje incluido a la casa de Paco/Adelina, del Barrio Pinilla, entre la
antigua salida para Salamanca y el Duero por la rivera Sur, pasando el
tradicional Puente de Hierro sobre el Río Duero, diseñado por un discípulo de
Eiffel, como el de Pino del Oro, también sobre el Duero río abajo.
La amplia vivienda familiar estaba en el primer piso,
escalera arriba, en cuya plataforma entre escalera y entrada, estaban enhiestas
con emoción contenida, mi madre y Consuelo. Ahí se produjo el emocionado
encuentro de la Familia ampliada, de los conocidos y de los nuevos (dos
cuñados: Rocco y Aurelio, dos cuñadas: Adelina y Lidia) hijos y sobrinos: Pablo
(12); María (10) y Paquito(8);
Lucía (09) y Francisco Javier(05); y, José (05).
La cena fue más que el Festín de Baltasar, en cuanto a
cantidad y variedad. Mi madre quiso unificar y repetir las celebraciones de
casamientos, bautismos de todos y, nuestro quinceavo aniversario de boda.
Claro, se echaba de menos por ausencia forzada, al patriarca Pablo, nuestro
padre, fallecido a los 56 años en Agosto de 1956, camino de los 18 años. Donde
la insurrección militar contra la República, tuvo mucho que ver; pues un casi
fusilamiento por ser Alcalde de la República de ideas socialistas en Agosto de
1936, luego la condena a ocho años de prisión de un tribunal militar, de los
que cumplió cuatro con largueza, hasta 1941, siempre dejan sus huellas
cardiovasculares y conexas.
Al día siguiente 07-02-74
por la tarde, Rocco-Rufi y nosotros tres, fuimos a visitar al buen amigo
nacido en Lober y residente en Cerecinos del Carrizal Antonio Sutil Casado,
hijo de la tía Andrea y del tío Mariano, natural de Fradellos de Aliste, nieto
de la tía María la Tabernera de Lober.
Por la noche, los cinco nombrados: Rocco-Rufi-Lidia-Pablo y
Simón, fuimos a las Cuevas del Perdigón, donde había (creo que sigue) un
restaurante de tapas y embutidos
cocinados al vino, que eran exquisitos. Rocco-Rufi y su hijo José, el 08 de
febrero del 74, partieron temprano de Zamora a Madrid, para en avión retornar a
Alemania.
Ese mismo día ocho de febrero, mi hermano Paco en su auto,
nos llevó a Tolilla a la media mañana, a nosotros y a mi madre, por el tramo de
carretera secundaria que parte de la de
Zamora Branganza, entre Fornillos y Ceadea, hacia Gallegos del Río. Como es
lógico, con una parada visual en la Represa de Ricobayo, dado que todavía
pasaba por encima de la misma la carretera de Zamora a Alcañices, por la que yo
había pasado muchas veces en bicicleta desde y hacia Zamora (ciudad), con un
alto en el camino para estirar las piernas, en un café/cantina de Ricobayo a la
vera de la carretera, kilómetro 34 de Alcañices a Zamora. De Ricobayo a Zamora,
en bicicleta era el tramo más aburrido, pues pasado el pueblo de Muelas del Pan
y su repecho, hasta Zamora no había a la vista ningún pueblo, más allá de las
llamadas Casillas de los Peones Camineros, que nominalmente eran los que se
ocupaban de los arreglos superficiales de las carreteras, aunque se decía de
ellos:” …Es más vago que la chaqueta de un caminero…”
Al llegar a la cima de la llamada Sierra, Ceadea / Mellanes,
se veía la panorámica de la de la Culebra, con el semicírculo de Aliste desde
los confines con Sanabria hasta más o menos el término de Riofrío. También el
perfil más destacado del término de Tolilla, en especial el Sierro y el Castro,
con la novedad que donde había años antes tierras de labranza pobres, sembradas
con centeno, centeno y algarrobas y, trigo, empezaban a campear jaras,
carrascos y otras malezas, dando paso a la antigua fauna.
A la altura de Lober, había un camino algo mejorado, que ni
siquiera puntuaba para una carretera de cuarta, que en ese estado llegaba a
Lober, por los parajes del llamado Jaralón.
De Lober a Tolilla, menos de dos kilómetros de distancia
urbana, enfilamos por el todavía camino de la Ermita (hace años derrumbada por
falta de mantenimiento), de la Corredera, Iglesia, y entrada por la punta de
abajo del Pueblo. Un saludo a Rufina y a Julia, a quienes habíamos visto el día
anterior en Zamora, con una vista rápida al Río y a las huertas de buena
calidad para verduras, tubérculos, forrajes y legumbres, ya invadidas por
zarzales y otras malezas invasoras de rápido crecimiento, síntomas evidentes de
la falta de mano de obra, por la diáspora hacia otras latitudes, nacionales y
extranjeras de los hijos del Pueblo y de la Comarca. Una rápida visita a la
Casona solariega, y calle arriba caminando hacia la casa de la tía Antonia y
nuestro tío Agustino.
Antes de llegar a lo de Agustino, se nos cruzó una vecina,
simpática y habladora que me espetó. A ver si sabes quién soy yo. Le dije, tú
eres parecida a Teodora, pero no eres Teodora. Y no estaba errado, pues ella
Francisca (Paca, fallecida muy joven pocos años después) era prima hermana de
Teodora por parte de padres, a la sazón la mujer de Juan (Juanito González),
también vecino nativo del Pueblo.
Nos instalamos en caso de los tíos nombrados, y los vecinos
residentes venían a saludarnos, entre ellos el vecino Decano del Pueblo, el tío
Benito Martín, que tenía 92 ó 93 años.
Al día siguiente, luego de ir al Cementerio de la Corredera
con mi madre a venerar el ADN Familiar, el mío en su totalidad, Julita y
Angelito en la víspera nos invitaron a comer, y recuerdo que tenían un bebé de
meses, creo llamado Javier, con una hermana y un hermano mayores, del orden de
los 10-12 años y 13-14 respectivamente.
Por la noche estuvimos cenando en lo de las primas Rufina y
Julia, un guiso de botillo, que había mandado reservar su hermana Cándida,
cuando allá por el 15 de Enero habíamos ido a visitarla a ella y Marciano
(hijo) en Castelldefels –Barcelona- donde Marciano se desempeñaba como Maestro.
El día 10, que por la mañana apareció con una nevada que duró poco, con canto de
abubilla, estuvimos comiendo en lo de mi tía Victorina-tío Aquilino, para luego
en horas de la tarde, viajar en burro a Lober, pues había nevado y llovido, y
mi hermano Paco tuvo que dejar el auto en la puerta de la Taberna del tío
Isidoro de Lober, por la cantidad de agua que traía el arroyo. A Lober, con su
burra, nos acompañaron Rufina, Julia y el hijo de ésta José (Pepe), militar en
el entonces Sahara español, que estaba de permiso.
Luego de unos cordiales saludos a la tía Paula, al tío Isidoro, a la hija de
ambos Rosario y al marido de ésta José Fernández (creo que ese era el
apellido), los taberneros de Lober, seguimos camino de Zamora por la
tarde-noche del 10-02-1974.
Todavía en esa ocasión, aunque ya en plena decadencia por
falta de alumnos, la Escuela de Tolilla tenía Maestra. Es la última vez que vi
la Escuela erguida, en el lugar, y casi
a simple vista desde el exterior, en las condiciones que yo la había conocido;
pocos años después, en un nuevo viaje, el edificio se había desmoronado, lo que
me entristeció en el silencio de mis
recuerdos, habida cuenta que desde Septiembre de 1932, con 3 años
cumplidos, hasta 1942, con casi 14, seguro fui el alumno que más veces entró y
salió en la Escuela, en toda su existencia (3), de manera que me consuela, que
a pesar de haberse derrumbado la obra civil, por suerte tengo todavía bien
presentes los 10 años de vivencias, debidamente registrados tanto en el fichero
límbico por lo emocional, como en la corteza frontal por lo más racional, con
sus interconexiones todavía muy misteriosas.
El día 11 al medio día
viajamos a Valladolid nosotros tres con mi madre, alojándonos en el
Hotel Conde Ansurez ****, haciendo un recorrido por Valladolid, para visitar
por la noche a la hija mayor de Rosario y José de Lober. Al día siguiente
hicimos un viaje a Medina del Campo por Simancas-Tordesillas-Rueda-Medina del
Campo; con una visita exhaustiva al Castillo de la Mota, un recorrido por
Medina, donde al parecer se usó por primera vez la Letra de Cambio en España,
retornando a Valladolid por: Olmedo-Mojados-Laguna del Duero-Valladolid. Luego
por la tarde- noche del 12-02-74 retornamos a Zamora.
El día 13 o 14 de Febrero, en los ómnibus de la Empresa
Matías del Río, línea de Zamora –Salamanca-Zamora, en la que Paco mi hermano era
el gerente, y acompañados por él fuimos de visita a Salamanca (Catedrales,
Universidades laicas y de la Iglesia, incluyendo el Aula de fray Luis de León
”…Como decíamos ayer…”),Casa las Conchas, Plaza Mayor, etc., desde temprano
hasta las últimas horas de la tarde/noche, que volvimos a Zamora.
Varios días, del 15 al 25 de Febrero, excursiones por
pueblos cercanos a Zamora, entre ellos al de Pontejos, a visitar al que fuera
Maestro de Tolilla, y mío, de 1939 a 1941, don Jerónimo Jambrina Calzada y su
esposa doña Aurora, Secretario del Ayuntamiento desde 1941, que como es natural
tenían dos hijas bien mozas.
Otras recorridas rápidas por Fonfría, Fornillos, Alcañices,
Ceadea, Rabanales, San Vitero, Sejas de Aliste, Nuez, Rábano, Trabazos, Tola,
Grisuela, San Cristóbal, Mahide, Palazuelo, San Vicente, Valer, con paso por
Gallegos del Río, Domez, Vegalatrave, Muga, Carbajales ( los últimos cuatro de
la Comarca de Alba) y vuelta a Zamora.
El 27-02-1974, viajamos de Zamora a León, para la reunión
final de Editores en León en las
dependencias de Editorial Everest, S .A , del Grupo de los 10 Editores Siluetas
en Buenos Aires, a celebrarse 1º de Marzo de 1974. En León nos alojamos en las
dependencias del Hostal San Marcos*****, donde se alojaron todas las delegaciones
de los Editores del Grupo.
Nosotros el 27 fuimos a cenar a un restaurante llamado el
Pozo, por estar en la plaza del mismo nombre cercana a la Catedral; almuerzo
(nosotros) y cena (todos) que repetimos el 28 en el mismo lugar, nosotros tres
y el Coordinador del Grupo Fco.Giménez Muñoz y su mujer Pilar, dado que esa
misma tarde, habían llegado en tren procedentes de Barcelona.
Luego de la larga reunión en las oficinas de Edit.Everest,
S.A, se hizo un alto en el camino, para luego por la noche, por cuenta del
Director general de Everest, todos los delegados y esposas, fuimos a un
restaurante de la Virgen del Camino a una suculenta mariscada, bien regada con
vino de la Comarca, Don Suero y Cía.
El día siguiente, 02 de Marzo de 1974, hubo otra reunión con
visita a los modernos y funcionales sectores de Oficinas y Talleres Gráficos
con dependencias de la anfitriona Everest, para a eso de las 14 horas concurrir
al mejor restaurante de León a comer corderos lechales y otras exquisiteces,
expresamente encargados por el Presidente de Everest don José Antonio López
Martínez.
Por la noche, cena de despedida en el salón comedor especial
del Hostal de San Marcos.
El día 03-03-1974, la mayoría de delegados y esposas camino
de Barcelona, alguno a Madrid, y el suscripto y familia de vuelta a Zamora,
para empezar los preparativos de regreso a Argentina la noche del 10-03-1974,
Madrid-Buenos Aires, en Aerolíneas Argentinas.
El 06-03-1974, nos despedimos de mi madre, hermanos y
sobrinos, para emprender a las 14 horas en un ómnibus de la empresa Auto-Res el
viaje Zamora-Madrid. Una vez de vuelta en Madrid, por la noche fuimos a visitar
a la parienta Aurora y la Familia, formada por su madre María, su esposo y sus
dos hijas, residentes en un barrio madrileño. Al día siguiente, por la tarde,
fuimos a visitar a Joaquín Fernández,
militar retirado nacido en Lober, que con su esposa vivía en el barrio de
Madrid denominado Príncipe de Asturias; por la noche, fuimos a visitar a mi
ahijada Antonia (hija del primo Domingo) y Familia.
El día 08-03-1974, fuimos con Eric Ruiz Albrecht (Presidente
de Alhambra) y señora en viaje de visita a Toledo, comimos en un Hostal en la
ladera del otro lado del Tajo, con vista panorámica plena de la ciudad de
Toledo, y visitas a : Sinagoga del Tránsito, la Casa del Greco con sus
magníficas pinturas, la Iglesia de San Esteban con el Entierro del Conde Orgaz,
los aposentos subterráneos del los Tesoros de Castilla administrados por el
Tesorero judeoespañol del Reino, El Alcázar de Toledo, La Iglesia de San Juan
de los Reyes, exposición de cerámicas; Plaza de Zocodover, donde la Inquisición
levantaba la hoguera para los condenados, La Catedral y su Custodia en oro de
los artesanos Arfe (Enrique de Arfe), con recorrido por el Toledo histórico, para regresar por la tarde/noche a Madrid.
El día 09-03-74, a la media mañana salimos en viaje de
excursión al Escorial, con el doctor José María Esteban, director científico de
la Editorial Alhambra, S.A. Visitamos con atención el Monasterio del Escorial,
el conjunto arquitectónico del Valle de los Caídos, para comer en la localidad
del Escorial; por la tarde regresamos a Madrid; y, por la noche, fuimos a cenar
a la casa con la familia numerosa ( en un años dos hijos en dos partos
diferentes) del doctor Esteban.
El 10-03-74, por la mañana temprano, con el directivo de
ventas de Alhambra señor Andrés Herrero, su mujer y su hijo, salimos de
excursión Madrid-Segovia, con paradas en el Paular primero, y en la Granja de
San Ildefonso después, con visita al Palacio Real; luego de paso por la reserva
de Riofrío, para llegar al Castillo con visita de sus dependencias; visita a la
Catedral, Acueducto Romano, comiendo en el restaurante de Cándido, con vista al
Acueducto. Luego salida hacia la zona
del Escorial en la Sierra de Guadarrama, donde el Presidente de Alhambra y
Familia tenía la casa-finca del fin de semana, para saludarlos, y volver al
hotel (Zurbano) en Madrid. El mismo Herrero y esposa, nos llevaron al
Aeropuerto Barajas, donde llegamos a eso de las 21 horas, donde además nos
encontramos, venían a despedirnos, con mi ahijada Antonia, su esposo y sus tres
hijos (2, hijas). Embarcamos a eso de las 22-23 horas de Madrid para llegar a
Buenos Aires pasado el mediodía del 11-03-1974. Treinta años antes del atentado
del 11-M, que vaya a saber quién sabe por qué cábala, en mi viaje treinta años
después, a eso de las once del 10 de Marzo
del 2004, pero en solitario, embarqué en Barajas en Aerolíneas
Argentinas, con llegada a Ezeiza alrededor de las siete de la mañana del día
11. Al salir del Aeropuerto, mi hijo y nuera, que me estaban esperando, me
dieron la noticia del “atentado del 11-M” en España; en principio atribuido
oficialmente a ETA, luego en pocas horas se supo del terrorismo islamista,
aunque el PP hasta la sentencia y después de ella, sostenía tozudamente por los
medios la vinculación de ETA con el
atentado.
El presente forma parte de la colección Mis Recuerdos, que
tienen destino especial para mi nieta Paula Jimena KATON TEJEDA , cuando sepa
leer bien e interpretar mejor; hoy con Tres años, Ocho meses y Ocho días, ya
maneja para su edad un amplio vocabulario, comienza a leer algunas palabras, a
escribir algunos nombres familiares y alguna palabra de uso cotidiano. Avances
que creo irá consolidando bien en su tercer año de Jardín a iniciarse en Marzo
de 2010, Sala Verde de los 04 años, para ella
de los 03 años cumplidos, dado que es de los infantes de menos edad.
NOTAS.
(1). En uno de esos riscos arbolados, en un recinto abierto
elegido por la Familia Giménez- Ruiz, cumpliendo con los deseos de la esposa,
madre y abuela Pilar Ruiz Nadal, ésta descansa simbólicamente. Y la Familia, en
fechas determinadas, ahí se junta para homenajearla, cuál si fuera en vivo en
la morada familiar. También en forma simbólica, nosotros nos unimos a ellos en
las evocaciones y los recuerdos, para decirle: ¿ Pilar ?- Esta Familia, ahora
ampliada de tres a cinco integrantes ¡
Siempre te recordarán !
(2).Todavía en las alturas de las perspectivas viales de
España, donde campeaba el Toro Osborne desde muchos años atrás, no se veían las
actuales bandadas de pájaros de cuerpos fijos y alas móviles, que muy a lo
lejos se asemejan por quietud y aleteo a los colibríes libando las flores. O
aquéllos molinos de viento de los Campos de Criptana, que al batir sus alas, le
hacían imaginar a Don Quijote grandes y fieros gigantes.
Hoy, fruto de la imaginación del hombre, para satisfacer la
“sociedad de consumo” por él creada, se ha visto en la necesidad racional de
aplicar sus saberes acumulados, para poblar las altas cumbres de esas enormes
bandadas de pájaros gigantescos sujetos por sus patas atadas al suelo, que
nerviosamente mueven sus alas al compás de la fuerza del viento, como si
quisieran liberarse de las ataduras en búsqueda de su libertad.
Esos gigantes, cuyas alas no podría alcanzar la lanza de Don
Quijote montado en su Rocinante, son parte de las nuevas tecnologías de la
llamada “energía verde o energía limpia”; una manera de gastar de balde
adjetivos, dado que la energía por sí no tiene color a la vista.
(3).En período de Septiembre de 1932 al 31 de Diciembre de
1942, en la
Escuela de Tolilla de Aliste, tuve los siguientes Maestros:
1).Don Antonio
González ( muy buen Maestro, que sentó las bases
instructivas en Tolilla), de Grisuela de Aliste, del 32 a Junio del 36. 2).Don
Germán, de Gallegos del Río, en forma interina, de Septiembre del 36 a Octubre
del 36. 3). Don Maximino, natural de Jambrina del Vino (excelente Maestro a
pesar del poco tiempo que estuvo), de Noviembre del 36 a Junio del 37. 4).Doña
Ramona, vecina de Carbajales de Alba, Septiembre del 37 a Junio del 39, Maestra
habilitada sin titulación ( la peor de todos, para mi).5). Don Jerónimo
Jambrina Calzada, natural de Pontejos del vino, de Septiembre de 1939 a Junio
de 1941, muy buen Maestro, que en mi caso contribuyó en alto grado a la mejor
formación matemática en la parte final de la enseñanza primaria.6). Wenceslao,
hijo de doña Florinda la Maestra de Lober, que suplió en forma interina a don
Jerónimo, desde Septiembre de 1941 hasta Diciembre de 1942, con quien cerré el
ciclo de álgebra iniciado con don
Jerónimo. Un muchacho que parecía torpe a primera vista, dado que sufría
una miopía tremenda, pero sabía mucho más de lo que parecía. El aprendizaje era
de igual a igual, habida cuenta, que discutíamos y razonábamos en conjunto; y
como la base mía había llegado a rebasar su nivel, en los nuevos problemas que
se planteaban, las soluciones se daban en mayoría por mi lado. Ese contender
entre ambos, en el final formal de la Escuela Primaria, me resultó de mucha
utilidad hacia el futuro.
ESPECIAL: Un recuerdo particular para un par de interinatos
en la Escuela que por corto plazo ejerció mi tío Simón Casas, con el que
perfeccioné la caligrafía, y aprendí de él en un par de trazos, a dibujar el
único dibujo más o menos decente que puedo hacer: “ Una paloma posada en el
suelo”. Paloma que ya empieza a dibujar también mi nieta Paula.
En la ciudad de Buenos Aires, Capital Federal de Argentina,
a los diez(10) días de Enero del año Dos mil diez (2010).
Simón
Skatal.1028@gmail.com
Y
/ Ó
simkaton@fullzero.com.ar
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